El alcohol ha sido siempre un elemento discutido de la dieta humana. A pesar de formar parte de la alimentación tradicional de la humanidad por milenios, se discute su valor nutricional y , aunque en los últimos tiempos algunas bebidas alcohólicas como el vino y la cerveza han recobrado cierto renombre por sus propiedades antioxidantes o nutritivas, el alcohol sigue en un lugar difícil. Hasta el momento los problemas de fertilidad no se relacionaban mayoritariamente con el alcohol consumido en forma moderada. Pero un estudio publicado en BMJ Open revela que aún pequeñas cantidades bebidas de forma frecuente disminuyen la capacidad reproductiva masculina.
El alcohol tiene influencia en la reducción de la producción espermática de los animales. La Universidad del Sur de Dinamarca realizó una serie de trabajos sobre los problemas de fertilidad experimentados por animales que fueron sujetos a pequeñas cantidad de alcohol semanales. La calidad y la cantidad de espermatozoides presentes en el líquido seminal eran menor a la deseada para un animal sano. Ahora le llegó el turno a los humanos. Es el primer trabajo científico serio dedicado a averiguar la influencia que el alcohol consumido en cantidades moderadas puede tener sobre la fertilidad humana masculina.
El estudio realizado por la Universidad del Sur de Dinamarca entrevistó a 1,221 daneses, cuya edad oscila entre los 18 a los 28 años, que fueron examinados para el servicio militar entre los años 2000-2012. Una serie de factores culturales influyeron para que los jóvenes mantuvieran altos estándares de consumo de bebidas alcohólicas.
El cuestionario al que se prestaron los voluntarios contenía preguntas sobre cuánto alcohol habían consumido en la semana anterior al examen, si era el consumo corriente que tenían durante una semana, qué tan frecuentemente solían excederse en el consumo de alcohol y si se habían emborrachado en el último mes. El cuestionario fue acompañado por muestras de sangre y semen de los voluntarios para controlar el nivel de sus hormonas reproductivas.
Los resultados revelaron que el 64 % de los participantes habían cometido excesos en el consumo de alcohol en el mes precedente; el 60% de los encuestados también declaró haberse emborrachado en dos veces en ese periodo. Sobre la cantidad de alcohol consumida en la semana anterior, la media dio una cantidad de once unidades de alcohol por persona.
Los efectos sobre el esperma aparecieron en el estudio en aquellos que habían consumido más de 25 unidades por semana. Las conclusiones fueron que los excesos ocasionales cometidos durante el último mes no eran significativos en relación con la calidad del esperma pero que éste si era afectado por el número de unidades consumidas en la última semana. A mayor cantidad de unidades disminuye la testosterona y la hormona SHBG, hormona de la sexualidad. También empeora la forma, el tamaño y el número de espermatozoides presentes en el semen.
Siguiendo con el estudio, la cantidad ideal de alcohol semanal para mantener un esperma sano es de una a cinco unidades de alcohol por semana. La abstinencia total es tan perjudicial como el exceso. Mediante este tipo de estudio se puede llegar a encuadrar a los problemas de fertilidad en un marco de referencia con los hábitos higiénicos.
Aunque el estudio pueda tener ciertas limitaciones a la hora de llegar a conclusiones más amplias, ya que se restringe a un grupo de encuestados en un país y en determinadas edades, su valor es orientativo para los hombres que desean ser padres.
La infertilidad masculina es un problema que va en aumento a nivel mundial, sería deseable que los futuros padres adoptaran medidas que protejan su salud reproductiva en los años tempranos de su juventud. De esa forma muchos problemas se resolverían fácilmente y otros ni siquiera aparecerían.
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