Es un tratamiento más suave, requiere menos medicación, genera menos molestias y efectos secundarios que pudieran presentarse por la estimulación ovárica, además de un costo menor en comparación a otros tratamientos.
Es recomendado para pacientes que hayan tenido ciclos fallidos de FIV, que hayan sufrido efectos secundarios con hormonas estimulantes y que tengan riesgo de tener el síndrome de hiperestimulación ovárica.
El tratamiento requiere generalmente medicamentos orales o según sea el caso pocas inyecciones.