La vitrificación es el más innovativo de los procesos de conservación de células para los tratamientos de reproducción asistida. Consiste en transformar el material celular en un elemento sólido de componente vidrioso, sin llegar a cristalizar. El secreto está en enfriar el material durante brevísimos periodos de tiempo para evitar así la aparición de cristales. De esa manera se consigue la conservación de la mayoría de los óvulos y embriones de los que se dispone. Esto resulta especialmente útil a mujeres que por diversos motivos debieron acudir a la fecundación in vitro y desean postergar su embarazo, ya sea por decisiones debidas a cuestiones de salud, estilo de vida o combatir la infertilidad.
Cuando usted acuda a una clínica de fertilización es muy importante que averigüe qué tipo de criopreservación utilizan con los ovocitos, los blastocitos y los embriones. Si bien los espermatozoides utilizados en la inseminación artificial no sufren cambios con los métodos de conservación tradicionales, los ovocitos, los blastocitos y los embriones son mucho más susceptibles a ser destruidos durante su preservación. La vitrificación que se busca debe consistir en someter los embriones a la acción de agentes crioprotectores por cortos períodos de tiempo para conservar su integridad.
Los nuevos procesos de vitrificación
En la práctica, esto significa que ovocitos y embriones son muy rápidamente vitrificados en el laboratorio. Un protocolo típico de vitrificación de embriones se completa en aproximadamente 10 minutos.
Legalmente este proceso es admitido en muchos países, esto es interesante para futuros padres que quieran adoptar embriones concebidos y conservados de esta forma, o donarlos para otras parejas que desearían convertirse en padres pero no pueden procrear.
Esta técnica es especialmente recomendada dada su eficacia para mujeres que deben postergar su embarazo debido a tratamientos gonadotóxicos, cirugías ováricas, tratamientos potencialmente perjudiciales para el feto, pacientes con riesgo de hidrosalpinx (alteración en las trompas de falopio por una infección) o hidrómetras (acumulación de líquido en la cavidad uterina). Cualquier mujer con problemas de fertilidad, con buenas condiciones de salud generales y una edad menor a 35 años, puede recurrir a la fecundación in Vitro y luego conservar los embriones, y todo gracias a este nuevo sistema que le da muchas más oportunidades de convertirse en madre en el momento que ella prefiera.
Deja un comentario