Expertos taiwaneses desarrollaron una nueva técnica de fertilización In Vitro que aumenta las esperanzas de concebir en menos tiempo y con menores esfuerzo por parte de las parejas con problemas de fertilidad. Las técnicas desarrolladas en la Universidad de Tsing Hua y el Instituto Nacional de Investigación sobre Salud de Taiwán permiten identificar con mayor precisión a los embriones más aptos para ser trasplantados, de manera que los tiempos de espera se acortan y el número de embriones introducidos en el útero disminuye. Con esta nueva herramienta se mejora notablemente la calidad de los tratamientos de FIV sin incurrir en mayores gastos, sino todo lo contrario.
La manera clásica de lograr una fertilización In Vitro es suministrar hormonas a la madre para incrementar el nivel de producción de ovocitos con el fin de extraerlos en el momento indicado. La paciente recibe las inyecciones de hormonas en la clínica durante varios días, siguiendo un programa determinado. A la vez se le realiza un seguimiento de laboratorio para ver cómo evolucionan sus niveles de estrógenos en la sangre. Cuando la paciente ovula, se prepara todo para extracción, que se realiza en el consultorio. Una vez extraídos, los ovocitos se mezclan con esperma del padre o donante en tubos de prueba, y se espera para que se produzca la fertilización. Cuando los cigotos están listos, se procede a seleccionarlos para implantarlos en el útero materno. En el caso del hombre se realiza un tratamiento en base a hormonas masculinas para estimular la producción de espermatozoides y cuando se la considere suficiente, se pasa a la extracción del líquido seminal y posterior mezcla con los óvulos.
Uno de los mayores inconvenientes de los tratamientos actuales es que con frecuencia se requieren múltiples ciclos de implantación hasta que el proceso desencadene en un embarazo exitoso. Esto afecta a ambos padres, quienes se ven presionados por las exigencias emocionales y sociales que están viviendo, además de la consecuente inversión de tiempo y dinero que parece no acabarse jamás. A veces las parejas, decepcionadas, abandonan el tratamiento al ver que no se alcanzan los resultados esperados, sin contar con que los costos al repetirse la implantación superan lo que ellos tenían previsto invertir.
La American Society for Reproductive Medicine estima que un solo tratamiento de Fertilización In Vitro cuesta alrededor de 12.000 dólares estadounidenses, sobran las palabras para decir que muchas parejas no pueden alcanzar este nivel de gastos en su lucha contra la infertilidad. En otros países los costos son altos y no todos tienen como Argentina un régimen sanitario que provee de asistencia oficial por parte del gobierno para acceder a este tipo de tratamientos. La importancia de este descubrimiento es crucial para acercar la posibilidad de tener un hijo a millones de parejas alrededor del mundo.
En el momento actual uno de los procesos más usuales para transferir embriones es reunir a varios cigotos en una gota de fluido y desde allí se pasa a la instalación en el útero. A raíz de este tipo de cultivo agrupado de los embriones la selectividad está reducida.
No es fácil aislar a un embrión para examinarlo y asegurar que está en óptimas condiciones para la transferencia. Esto llevó a los investigadores taiwaneses a enfocarse en cómo resolver este inconveniente de la manera más sencilla y efectiva posible. Los estudios fueron publicados en el jornal científico Biomicrofluidics, de la editorial AIP Publishing, y consisten en una innovación sobre la manera que se cultivan los embriones. Los expertos cultivaron embriones de ratón en una placa con micro orificios abiertos, colocados de manera que cada orificio contuviera solamente un embrión.
Una capa de aceite cubre la placa, convirtiéndose de esa manera en el agente que controla que cada embrión no se desplace de su lugar. La capa de aceite, sin embargo, permite a una pipeta ingresar al micro orificio para extraer los embriones para su transferencia al útero. El micro orificio provee a cada embrión de su propio medio ambiente, de modo que los investigadores puedan analizarlo con mayor facilidad y exactitud. La sencillez del método y su bajo costo hace que haya sido estimado por el mundo científico que se dedica a la reproducción asistida. Según los investigadores, en esta etapa se está tratando de comprender mejor las necesidades de un embrión en desarrollo y buscar de suplir todas sus necesidades para poder asegurarse una mejor en la técnica, que desde ya es prometedora.
Ahora se están realizando una optimización para que la experiencia pueda ser llevada a cabo en breve tiempo para tratar embriones humanos, sugiriendo que los beneficios serán muchos, especialmente cuando los padres tienen una edad más avanzada que la deseable, pues a mayor edad suelen ocurrir mayores defectos genéticos, como por ejemplo, el Síndrome de Down. Esperamos tener noticias en poco tiempo sobre este descubrimiento y creemos que será de gran utilidad para hombres y mujeres que quieren ser padres.
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