La fertilización In Vitro ha sido considerada un gran avance en la lucha contra la infertilidad. Su aparición cambió fundamentalmente el tratamiento de los problemas de la reproducción humana. Aunque desde el principio se consideró como un método seguro, nunca se ha dejado de cuestionar que sus efectos secundarios podrían ser nocivos.
No es un hecho desconocido que las hormonas pueden generar efectos tanto benéficos como indeseables en el cuerpo de la mujer. Especialmente se destacaba que la incorporación de esos elementos hormonales tal vez no resultaría totalmente inocua, y en un futuro, sería capaz de producir daños graves en la madre. En definitiva, luego de largas investigaciones y, evaluando beneficios contra riesgos, se aceptó que la técnica presentaba bajo niveles de riesgo para la madre como para el feto. Sin embargo, el seguimiento de los embarazos en las últimas décadas ha arrojado nueva luz sobre los efectos no deseados de estos tratamientos sobre la salud humana.
Una pequeña luz de alerta apareció recientemente cuando se compararon las tasas de mortalidad de las pacientes de fertilización in Vitro con las de otras mujeres embarazadas que han concebido de manera natural. Los estudios realizados en Gran Bretaña y de Holanda encontraron que de cada 100,000 mujeres embarazadas por FIV, 42 morían durante el desarrollo del embarazo. Cifra relativamente alta si la comparamos con la media de 6 muertes cada 100,000 mujeres que concibieron naturalmente. Esta diferencia ha hecho que los investigadores se concentren en dos factores para comprender las raíces del fenómeno: los efectos provocados por la hiperestimulación hormonal que se requiere para conseguir una ovulación efectiva durante la primera parte del tratamiento contra la infertilidad y sus posibles derivaciones; y el perfil sanitario general de las pacientes.
Los investigadores estadounidenses pertenecen a la escuela que considera que la principal causa de muerte entre las mujeres que han recibido tratamiento para concebir es a causa de factores externos al mismo tratamiento. Los expertos estadounidenses destacan que el nivel medio de la edad de la paciente es levemente superior a la de una embarazada corriente. El tiempo que pasa entre que la mujer detecta la causa de la falta de embarazo y acude a una clínica de reproducción asistida, puede variar de una a otra paciente pero incide pero conicide en edades superiores a los treinta años. Esto ya aumenta de por sí los riesgos de complicaciones en cualquier gestación.
Las mujeres de mayor edad corren un riesgo mayor que las mujeres jóvenes por complicaciones ginecológicas y de otro tipo que tienen que ver con el proceso de envejecimiento. En pacientes de mayor edad suelen presentarse con más frecuencia alteraciones momentáneas como alta presión, hiperglucemia, complicaciones cardiovasculares, etc. Cuando una mujer más joven desarrolla estos síntomas generalmente es más fácil revertirlos con éxitos y verlos desaparecer luego del parto. En mujeres de mayor edad no resulta tan sencillo regular el organismo rápidamente y a veces la enfermedad persiste luego de embarazo.
Otro aspecto a tener en cuenta es que algunas de las pacientes que han sufrido el deceso durante el embarazo tenían enfermedades de base tales como las mencionadas. El asma, la diabetes, los problemas cardíacos, los trastornos autoinmunes e incluso cuadros de origen psicológico pueden ver agravada la situación. En este sentido es de primordial importancia contar con asistencia médica profesional de apoyo complementario durante todo el tratamiento, la gestación, el parto y muy importante en el post parto.
Los médicos han coincidido que los efectos adversos del tratamiento hormonal contra la infertilidad no deben ser descartados, sino contados como uno de los tantos factores a estimarse entre las causas de muerte de las mujeres embarazadas.
La retención de líquidos, por ejemplo, es uno de los efectos laterales de las hormonas. Si el líquido se acumula cerca de órganos vitales como el corazón o los pulmones, el riesgo de un evento inesperado está latente. Las embolias por edema pulmonar pueden ser mortales sino se previenen con anterioridad y se tratan con rapidez en caso de producirse.
Sobra decir que la paciente debe poner especial cuidado en cumplir todos los cuidados que el médico le indique y consultar ante cualquier anormalidad para evitar episodios críticos. Hay que recalcar que buena parte de la comunidad médica alega que este riesgo de sufrir edema por la hiperestimulación ovárica es muy raro y no sería común que estos síntomas aparecieran ya avanzado el embarazo.
Diversos expertos en fertilidad humana han destacado que la Fertilización in Vitro no produce muerte por sí misma, sino la serie de circunstancias que rodean a la paciente. La responsabilidad de los padres al iniciar un tratamiento es ser realistas y sopesar si es realmente conveniente para la mujer tener un embarazo. Algunas mujeres desean tanto cumplir sus expectativas de crear una familia que sacrifican equivocadamente su salud, evitando revelar al profesional enfermedades que padece o que ha padecido y que pueden obstaculizar su embarazo. Estar conscientes de nuestra real capacidad física para hacernos responsables de nuestras acciones con respecto a la maternidad prevendrá un desenlace indeseado.
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