La información disponible para el sector masculino en cuanto a salud sexual y reproductiva es mucho menor que la cuentan su contraparte femenina. Muchos hombres ignoran cuestiones sobre sexo y reproducción, haciendo que alberguen muchas dudas y miedos antes de iniciar un tratamiento. Algunas nociones fundamentales sobre estas cuestiones les brindarán seguridad.
1: Tener problemas de fertilidad es más común de lo que la mayoría de los hombres cree.
Las últimas encuestas en materia de salud reproductiva informan que el 10% de las parejas en edad reproductiva son consideradas como infértiles, de esa cifra hasta el 20% de los casos corresponden a la incapacidad del varón por engendrar. A ello debemos agregar que la fertilidad masculina ha sufrido una disminución de su eficacia en los últimos 50 años. En Europa uno de cada cinco hombre en las edades entre 18 y 25 años muestran niveles subfértiles de esperma. Los niveles de testosterona también se han reducido y han aumentado los casos de cáncer de testículo, además de alteraciones varias del sistema reproductivo masculino en los países desarrollados. Entonces, la infertilidad masculina es algo común en nuestros tiempos.
2: La actividad sexual no es índice de fertilidad y los problemas relacionados a la fertilidad no están relacionados con la potencia sexual.
La actividad sexual depende de una serie de factores psicológicos y físicos de amplio rango: un individuo puede tener un desempeño sexual aceptable pero adolecer de baja o nula fertilidad. Entre los hombres la idea de que la salud reproductiva es similar al nivel de salud sexual está muy difundida, aunque no tiene ninguna base científica. A menos que existan alteraciones del sistema reproductivo masculino que impidan el coito y/ o la eyaculación, la capacidad de mantener relaciones sexuales no está ligada a la fertilidad masculina. Pueden existir algunos problemas hormonales y/ o generales de salud que afecten el apetito sexual y la capacidad reproductiva de manera directa o indirecta ( diabetes, pobre circulación, deficiencias de vitaminas y minerales, etc.), en caso de que presentarse estos, hay que darles el debido tratamiento.
3: Los problemas de fertilidad masculina no se solucionan para siempre con un tratamiento
Someterse a un tratamiento para la fertilidad no representa siempre la solución definitiva para poder engendrar hijos. A menos que se trate de un tema puntual ( como el varicocele, por ejemplo) donde una operación soluciona una alteración de los órganos reproductivos, los tratamientos pueden dar una ayuda efectiva en el momento. Cuando la cantidad de espermatozoides es baja o de mala calidad, se recurre a los tratamientos de Fertilización in Vitro para poder aumentar la efectividad de la fertilización; una vez obtenido el resultado, el hombre será un feliz papá pero su problema de base se mantendrá. La única manera en que podemos aliviar esa deficiencia es recurrir otra vez a un tratamiento de FIV.
4: La edad sí importa.
Los hombres sufren como las mujeres una caída en sus niveles de hormonas relacionadas a la reproducción (testosterona en este caso) que repercuten directamente en la tasa de fertilidad. Si un hombre difiere su paternidad, contará con menores chances de lograrla al pasar el tiempo, especialmente si ya tiene algún tipo de inconveniente para engendrar. Lo más aconsejable es acudir a un control con médico tempranamente para determinar los niveles de espermatozoides presentes en el semen y la calidad de los mismos. Una vez que se conozca estas cualidades del esperma, podrá programarse mejor el momento de la paternidad, pero nunca es demasiado pronto.
5: Los riesgos de los tratamientos de para los problemas de fertilidad son muchos menores de lo que la mayoría cree.
Los tratamientos para fertilidad pueden ser quirúrgicos, con base en medicamentos (gonadotropina, antibióticos, otros medicamentos) y de reproducción asistida. Las hormonas que se utilizan pueden alterar temporalmente el organismo provocando algunos cambios como retención de líquidos e hinchazón, que desaparecen al terminar el tratamiento. El clomífero y las gonadotropinas son dos de los medicamentos más utilizados en los tratamientos para la fertilidad masculina. Como todo medicamento, debe aplicarse bajo la supervisión del especialista, y comunicar de inmediato cualquier alteración que produzca. Tomando toda las precauciones no hay que preocuparse por los efectos secundarios de los tratamientos.
Cuando se inicia un tratamiento para la fertilidad, el hombre debe saber que no está solo ni es el único: la ciencia ha conseguido una transformación de las agobiantes cargas sociales que se endilgaban a los hombres considerados infértiles. Las causas de ese problema son varias pero muchas de ellas tienen solución, lo importante es no dejarse dominar por los prejuicios y dar un paso hacia adelante para solucionar cuanto antes y en la medida de los posible el problema que está aquejando a la pareja, ya que cada vez se abren nuevas oportunidades para superar el escollo de la infertilidad.
http://www.medicalnewstoday.com/articles/209438.php
http://www.uroweb.org/gls/pdf/spanish/13-%20GUIA%20CLINICA%20SOBRE%20INFERTILIDAD%20MASCULINA.pdf
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