Un nuevo descubrimiento en el terreno de la fertilidad humana hecha luz sobre la manera en que los óvulos son protegidos para preservar su integridad y fertilidad. En un futuro podría utilizarse para mejorar las posibilidades de concepción de las mujeres con problemas de fertilidad.
La cinasa Greatwall ha sido descubierta como la molécula que protege los óvulos para conservar su fertilidad. El profesor Kui Liu, de la Universidad de Gotemburgo, ha detectado que la función de esa cinasa es conservar la capacidad del óvulo de resultar fértil durante el proceso de maduración. Esta noticia presenta un nuevo avance para conducir las investigaciones sobre la infertilidad un paso más adelante.
Los óvulos crecen y maduran en el ovario, cuando están listos para ser fertilizados, descienden por las trompas de Falopio. Luego de instalarse en la matriz, si se mantienen relaciones sexuales sin protección, la mujer puede quedar embarazada. Durante este proceso el óvulo sufre múltiples transformaciones reduccionales llamada meiosis. No es difícil deducir que alguna falla o problema durante este proceso puede resultar en un óvulo infértil. La infertilidad alcanza al 17 por ciento de las parejas en el mundo, siendo un problema no menor en materia de salud, ya que sus consecuencias se reflejan en muchos aspectos de la vida humana. A esta cantidad de parejas que no pueden tener hijos debería sumarse una cifra aún no determinada de mujeres solteras que han optado por ser madres sin compañero, ya que entre ellas los problemas de fertilidad aún no han sido medidos.
Mediante la remoción artificial de la cinasa Greatwall se ha conseguido detener la división del óvulo en hembras de ratón genéticamente modificadas. Cuando se priva a los animales de esta molécula es imposible que el óvulo llegue a la segunda etapa de meiosis. Es posible que la confirmación del mismo efecto de la cinasa Greatwall en humanos como salvaguarda de la fertilidad del óvulo conduzca con el tiempo a la inyección de dicha sustancia como preventivo y correctivo de problemas de fertilidad relacionados con la escasez de la cinasa Greatwall. Tampoco habría que descartar que la falta de cinasa influya de alguna otra manera en la salud de las mujeres o tenga algún peso especial en combinación con otros factores que intervienen en el proceso de maduración de los ovarios.
Las cinasas o quinasas son un grupo de enzimas catalizadoras, es decir, que tienen como misión desatar una serie de reacciones químicas sólo viables a través de ellas. Este grupo de enzimas controlan la actividad molecular de las proteínas y participan en el control indirecto de las actividades de la célula. Influyen como catalizadores de compuestos fosforilados, haciendo viable el intercambio de grupos de fosfatos. Son importantes para aumentar el nivel energético de diferentes compuestos, por lo que resultan en moléculas de alta actividad metabólica. Su papel de control de la división celular ha sido ampliamente estudiado, en especial en relación con el cáncer, donde ciertas mutaciones de la estructura de los cromosomas pueden desencadenar que la cinasa esté “siempre encendida”, es decir, funcionando y permitiendo una división desordenada de las células cancerosas. Se ignoraba hasta el momento su papel en los problemas de fertilidad, pero este descubrimiento ha abierto una brecha para un futuro prometedor en materia de salud reproductiva femenina.
Deja un comentario